jueves, 7 de noviembre de 2013

Salinas de Baena. Propuesta General de Ordenación

Arroyo Vaquillero. Septiembre 2013.

Por sus valores naturales, históricos y potencial económico, el conjunto de salinas de Baena constituye uno de los elementos singulares del territorio y patrimonio local y regional.

A escala regional, a pesar de superar en número y diversidad a las del litoral, las salinas de interior o manantial andaluzas, no han sido hasta la fecha objeto general de protección o recuperación. Existen ejemplos de actuaciones a nivel local en algunas salinas de Jaén, Granada, o Cádiz relacionadas con la recuperación de su valor cultural y ambiental, siempre, o en la mayoría de los casos, ligados a un espacio natural protegido. Sin embargo, más allá, del espacio de relevancia ambiental reconocido, el espacio común y amplio que constituye la campiña se plantea como escenario repleto de oportunidades de intervención desde las diferentes políticas que afectan al territorio.

Desde la política de medio ambiente, la singularidad de las salinas como espacio de hábitat singulares y de interés comunitario, o la presencia de especies de flora y fauna que rompen los patrones de diversidad del entorno de tierra calma y olivar, justificaría el diseño de estrategias propias de conservación, o si se quiere asociadas a otros elementos singulares del territorio como las lagunas, tal y como proponemos para la posible recuperación de la Salina del Rincón del Muerto, en el entorno de la nueva Reserva Natural Concertada de la Laguna de la Quinta, junto a las lagunas de Casasola y Rincón del Muerto, incluida, con referencia explícita a la salina, en el inventario andaluz de humedales.

Desde la política de planificación hidrológica, los arroyos y ríos salados constituyen un tipo especial de masas de agua en los que el Plan Hidrológico de Demarcación, en este caso del Guadalquivir (2013) debe garantizar el cumplimiento de los correspondientes objetivos medioambientales. Sería el caso de la cabecera del arroyo Salado de Porcuna, que desde el Vaquillero, Aguilarejo y Algarve incluirían salinas como las de Fuentidueña, San José, Rincón y El Justo.

Desde el ámbito de la cultura y el patrimonio histórico, las salinas constituyen espacios singulares de intervención específica con carácter material o inmaterial. Del valor etnográfico de la sal y salinas de interior proyectos de investigación en Alto Guadalquivir dan debida cuenta, mientras que una simple visita a cualquiera de las salinas de la comarca y su entorno cercano podemos observar a simple vista, restos de origen ibero y romano formando parte de los elementos estructurales de pozos, calderas y piletas. Cada salina podría ser por tanto objeto de recuperación específica, pero también como parte integrada de otras actuaciones como el caso de la Salina de Tejas Coloras junto al Parque Arqueológico de Torreparedones (Baena).

Sin embargo, es en el ámbito de la ordenación del territorio, donde se encuentra actuaciones y propuestas de especial interés para la recuperación y puesta en valor de las salinas. El Plan de Ordenación del Territorio del Sur de Córdoba (POTSUR, 2012) constituye un buen ejemplo de cómo reconocer su importancia patrimonial y proponer en su caso diferentes actuaciones de ordenación.

Salinas como las del entorno del río Cabra se reconocen como recursos valor geológico y cultural de interés territorial, incluyendo de forma explícita a los conjuntos de edificaciones de varias salinas de Cabra, Aguilar y Monturque, y en el ámbito de la Subbética de Priego y Fuente Tójar. En el caso de la comarca del Guadajoz, cuatro son la salinas tipificadas como recurso cultural de interés territorial: Cuesta Paloma, El Puente, Tejas Coloras y Roblizas, todas del municipio de Baena.

Respecto a propuesta de intervenciones, el POTSUR apuesta por la recuperación e integración de las salinas del río Cabra en el ámbito del Parque Cultural del Río Cabra, mientras que en el caso de Baena, recomienda el desarrollo de instalaciones turístico-recreativo para la salina de Cuesta Paloma. En cualquier caso, como recurso cultural de interés territorial, el POTSUR ofrece principios de ordenación ya aplicables con carácter general al menos para estas cuatro salinas en los que se incluyen su "catalogación por instrumentos de planeamiento general que establecerán las condiciones urbanísticas necesarias para la debida protección y/o preservación" y "su inscripción en el Catálogo Histórico Andaluz". De forma particular, el POTSUR recomienda la identificación y, en su caso, protección y puesta en valor de las salinas existentes.

En el ámbito del Plan General de Ordenación Urbana de Baena (PGOU), la integración de los contenidos del POTSUR vendrá a mejorar el reconocimiento y ordenación de las salinas a nivel municipal. En la versión actual del PGOU, Cuesta Paloma es la única salina reconocida con cierto interés natural o seminatural.

Desde Gabela de Sal esperamos que los trabajos actuales de actualización del PGOU recojan los contenidos específicos del POTSUR con relación a las cuatros salinas reconocidas, pero también que no olviden otras de al menos igual relevancia e interés local y supramunicipal como la del Granadillo, Rincón del Muerto y Vadofresno, entre otras. Por delante vaya nuestro ofrecimiento y cuanta colaboración sea necesaria.

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