sábado, 3 de octubre de 2015

No hay despensa ni alacena en la que falte la sal


De aceite, pan, tocino, ajo, membrillo, almendra, vino y otros productos del campo, la despensa de Córdoba aparece repleta en el último especial dedicado al sector agroalimentario de la provincia de en el Diario Córdoba.

Del campo viene también la sal artesana de Córdoba. Sin sal, ni la telera, ni el jamón, ni siquiera el Salmorejo Cordobés, plato y bandera de nuestra cocina, hubieran existido. Antes que la vega del Guadalquivir se llenará de naranjas y la campiña de ajos, salinas cordobesas como Duernas y Cuesta Paloma, entre otras, ya llevaban miles de años produciendo sal.

Desde Gabela de Sal y la Asociación Andaluza de Artesanos de la Sal (ANDASAL) tratamos de recuperar este oro blanco olvidado, reivindicando aspectos tales como su calidad diferenciada, su valor natural, histórico e identitario. En poco más de un año hemos transformado un producto común en algo único cargado de salud, historia y naturaleza presente de forma continua en diferentes medios de comunicación, así como en muchos de los fogones de la cocina tradicional y más innovadora de Andalucía.

Sin embargo nos queda mucho por hacer y gotas saladas de sangre, sudor y lágrimas que derramar, convencidos que entre todos podemos hacer de la sal y las salinas de Córdoba un producto y experiencia fuera de lo común, capaz de contribuir de forma significativa a uno de los sectores básicos de la economía cordobesa como el agroalimentario.

Y es que no hay despensa ni alacena llena en la que falte la sal artesana de Córdoba.

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