Bajo la tierra calma de la campiña cordobesa duermen mares antiguos que en forma de sal y salinas despiertan cada verano. La sal, igual que el trigo, el ajo y la viña, es producto típico de este paisaje ondulado del sur de Córdoba.
Salinas como las de Baena tiñen de blanco sal las piletas
donde de forma artesana cristaliza la flor y la sal virgen de manantial. De
blanco se tiñe también la tierra seca del entorno y el curso de los arroyos
salados que recorren la campiña.
Pero entre el rastrojo seco y el lecho blanco de sal aparece
un color verde esperanza de salicornia, una planta halófita, amante de la sal, típica
de marismas y costas de Andalucía, así como de las salinas y lagunas saladas del
interior.
La salicornia forma parte de la vegetación natural de los
paisajes de la sal, como planta que crece de forma natural en suelos salados utilizada
a lo largo de la historia como alimento para el ganado, materia prima en forma
de ceniza para la obtención de sosa natural en la elaboración de jabones y cristal
e incluso como biocombustible de tercera generación utilizado por la NASA.
Por sus propiedades alimenticias, en países como Francia,
Alemania, y ya también en Andalucía, la salicornia ocupa un lugar destacado en
el menú de restaurantes importantes y en las vitrinas de herbolarios y
comercios especializados que ofrecen productos frescos de temporada como esta
planta anual.
En Córdoba, Gabela de Sal son pioneros en la recolección y
comercialización de esta planta como parte de un nuevo modelo de
aprovechamiento integral de las salinas de manantial.
Sal, naturaleza e historia llegan a nuestra mesa de la mano
de nuevos tipos y variedades de sal y alimentos frescos como la salicornia, un
producto natural que concentra lo mejor de la campiña cordobesa.
Muy interesante el artículo y vuestro productos! Si es que en Andalucía tenemos de todo y to´ buenísimo!!
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